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¡Hemos llegado a las dos mil visitas!
Estela y yo hemos decidido que -si queréis- podemos hacer algo especial para celebrarlo.
Para ello necesitamos ideas. Si tenéis alguna sugerencia, podéis contactar con nosotras en Twitter (María y Estela).
Si no venís con ninguna no haremos nada y todos moriremos de tristeza.

Capítulo cuatro.

*Abrir hotmail.*
Mensaje de Jaime García:
¿Irrealista? Venga ya, Alicia, ¿tú has visto tus entradas? He visto pocos blogs que me definan en unas pocas lineas, por decir un par. Y, no es por quedar bien, ya me gustaría a mí escribir así... 
Acabas por dejar a los '¿y si...?' a un lado, y te centras en el ahora, en lo que estás haciendo mal, pero no lo cambias. Somos estúpidos por naturaleza. 

Qué cierto. Estúpidos, estúpidos, ¡estúpidos! Y estúpida ella. ¿Confiar, dejarse llevar? Todo mentira. Las cosas solo acaban bien en los libros, e incluso en ellos hay finales agridulces, finales horribles. Pesadillas. Clickó en responder, y mientras esperaba a que se cargase la página, miró sus contactos. Estaba conectado, el tercer de sus contactos: Jaime García. ¿Para qué responderle un correo? Hizo doble click en su nombre y al instante una pantalla nueva se abrió. Y ahí estaba su foto. ¿Era él de verdad o...? Daba igual. Comenzó a escribir.

Alicia Martín dice:
Hola. Iba a responderte el correo, pero te he visto conectado y...
Jaime García dice:
Hola, Alicia. Sí, bueno, yo también estaba mirando el correo por si habías respondido. ¿Qué tal?

'¿Qué tal?' Mal, mal, mal. Además, ¿qué le importaba a él? 
-Tranquila, Alicia, solo intenta ser simpático.

Alicia Martín dice: 
Bien, bueno. ¿Y tú?
Jaime García dice:
También bien. ¿Sabes? Estuve pensando lo del blog, de volver a abrírmelo. Ni siquiera sé por qué lo borré...

Miente. Cuando acabas con algo en tu vida, sabes por qué es. Porque te duele, porque son demasiados recuerdos. Porque no tienes ganas, o porque te aburre. Pero no porque sí. Alicia suspiró, hoy estaba demasiado enfadada con el mundo. Quizá realmente Jaime no se acordaba, quizá hiciese mucho tiempo de que lo borró y...

Alicia Martín dice:
Me gustaría leerte. 
***
Habían prometido hablar otro día, él tenía cosas que hacer. Habían sido dos horas sonriendo a una pantalla, olvidando su odio segundo a segundo, respuesta a respuesta. Las palabras rebotaban en su mente: 'Jaime. Dieciocho. Murcia. Me pareciste simpática desde el primer correo. Todos tenemos malos recuerdos. Sí, claro, hablamos otro día.'  Una y otra vez. Un bucle infinito. Y, a veces, las pocas sonrisas verdaderas.

1 comentario:

  1. Joo, me muerooo! me encanta, me encanta, me encantaaa!! Quiero maaaaas, poooooorfa.
    Se que parezco una pesada que solo pide más, pero es que esta historia engancha tanto... puff :$
    <3

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