Seguían allí, sentados en el bordillo, mientras los coches iban y venían, y las canciones pasaban una detrás de otra. Atropellándose. Como los amigos de él, en medio de la carretera, dando gritos. Quién diría que no tienen cuatro años...
A veces, y solo a veces, sus miradas coincidían, se sonreían y volvían a golpear alguna china con el pie. Pero nada más. Aquel beso había puesto silencio. Silencio, y una sola piel. Habían hecho el amor con solo un beso. Habían cambiado todo. Pero las ganas de matarse seguían allí.
*Abrir Whatsapp; mensaje nuevo*
Jaime: Siento mucho haber desaparecido. Pero no me he olvidado de ti, ratilla.
Sonrió. Sentía que se paraba el corazón durante un segundo y luego latía con más fuerza. Ratilla.
<<-¿No me dejarías ni dormir en la cama de invitados?
-No, ni loca. Dormirías en el suelo.
-¿Tanto me odias?
-Sí.
-Eres una rata. Una tacaña. Pues yo también te odio.
-¿Una rata?
-Ratilla. Eres una ratilla.>>
Pensó en contestarle, estaba conectado. Pero tampoco sabía que contestarle. ¿'Hola, no, yo de ti tampoco. He estado pensando en ti mientras tú hacías quién sabe qué, con quién sabe quién. Y no, claro, no te has olvidado de mí, no...'?
-Tranquila, Alicia, respira...
Alicia: Tranquilo.., eh..., esto..., ¿y tú quién eras?
Jaime: ¡Pero tú de mí sí te has olvidado! Ahora sí que te odio.
Alicia: Venga, bromas aparte. ¿Qué tal te ha ido estos días?
Tuvo que morderse la lengua para no escupir un 'te he echado de menos'. Tuvo que encerrarse en el baño a mitad de conversación, para reconocerse. Ella no estaba colgada, pillada, enamorada. De Jaime, de Álex, de nadie. Apoyó las manos en el lavabo y se miró al espejo.
-No me gusta Jaime. Tiene su vida y tendrá a otra. Más guapa y menos... como yo. Podría tener a una chica de su edad y no a una mocosa. No me gusta porque no puedo permitírmelo. Le odio. Le odio mucho. Tampoco me gusta Álex. Es una capullo que solo piensa en sus chicas. Yo no quiero ser una de sus chicas. Yo no quiero ser suya. Ni de nadie. Quiero ser solo mía. -Suspiró y cerró los ojos con fuerza.- Se me está yendo todo de las manos otra vez, joder...
Sonrió. Sentía que se paraba el corazón durante un segundo y luego latía con más fuerza. Ratilla.
<<-¿No me dejarías ni dormir en la cama de invitados?
-No, ni loca. Dormirías en el suelo.
-¿Tanto me odias?
-Sí.
-Eres una rata. Una tacaña. Pues yo también te odio.
-¿Una rata?
-Ratilla. Eres una ratilla.>>
Pensó en contestarle, estaba conectado. Pero tampoco sabía que contestarle. ¿'Hola, no, yo de ti tampoco. He estado pensando en ti mientras tú hacías quién sabe qué, con quién sabe quién. Y no, claro, no te has olvidado de mí, no...'?
-Tranquila, Alicia, respira...
Alicia: Tranquilo.., eh..., esto..., ¿y tú quién eras?
Jaime: ¡Pero tú de mí sí te has olvidado! Ahora sí que te odio.
Alicia: Venga, bromas aparte. ¿Qué tal te ha ido estos días?
Tuvo que morderse la lengua para no escupir un 'te he echado de menos'. Tuvo que encerrarse en el baño a mitad de conversación, para reconocerse. Ella no estaba colgada, pillada, enamorada. De Jaime, de Álex, de nadie. Apoyó las manos en el lavabo y se miró al espejo.
-No me gusta Jaime. Tiene su vida y tendrá a otra. Más guapa y menos... como yo. Podría tener a una chica de su edad y no a una mocosa. No me gusta porque no puedo permitírmelo. Le odio. Le odio mucho. Tampoco me gusta Álex. Es una capullo que solo piensa en sus chicas. Yo no quiero ser una de sus chicas. Yo no quiero ser suya. Ni de nadie. Quiero ser solo mía. -Suspiró y cerró los ojos con fuerza.- Se me está yendo todo de las manos otra vez, joder...
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